Muchas veces nos hemos preguntado cómo es posible que hayamos llegado hasta este punto. Pero, ¿qué ha ocurrido?, ¿qué ha pasado?, ¿podremos salvar nuestra relación?
Una profesional puede aportar mucha luz a esas zonas oscuras que no queremos ver en el contexto de una terapia de pareja. Los problemas de pareja no se solucionan con un divorcio o separación, en realidad esos mismos pueden volver en la siguiente relación que tengas y la clave no está en romper la mayor parte de las veces, sino en aprender a gestionar las discusiones de pareja, aprender a solucionar los problemas hablando de manera efectiva y asertiva con tu pareja.
Problemas de pareja más frecuentes y soluciones
Existen muchos motivos que hacen saltar las chispas, vamos a a describir algunos de ellos, los más frecuentes para que puedas empezar por identificar qué os está pasando.
1. Discusiones constantes con mi pareja
Una pareja está compuesta por dos personas distintas, cada una con sus valores, experiencias y visión de la vida. Esto puede suponer que evidentemente haya muchas cosas en las que los dos miembros no estén de acuerdo y por tanto que se generen conflictos.
Discutir como tal no es algo malo, es absolutamente normal que haya tensiones entre los miembros de la pareja y que eso implique la exposición de diferencias. Ahora bien, las discusiones puedes llegar a ser inadecuadas cuando parten de un estilo de comunicación inadecuado.
Una diferencia por un problema concreto puede acabar convirtiéndose en una auténtica batalla campal. Cuando no se consigue llegar a acuerdos eso hace que ambos se sientan rechazados y a su vez se pongan a la defensiva.
En ese contexto es cuando surge la falta de respeto por la opinión de la pareja y por la persona en sí. Aparecen las agresiones verbales, los insultos y todo ello degenera en heridas emocionales que van sumándose a la mochila de la pareja, cada vez más pesada y difícil de cargar.
2. Desconfianza en la pareja o celos
"Mi pareja ya no confía en mi, "cree que le voy a dejar o a engañar con otra persona", piensa que estás tomándole el pelo o que te ríes de él/ella, ¿te suena? La confianza es algo que se construye a lo lago del tiempo. Se define como:
“Esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en que otra persona actúe como ella desea. “
Eso quiere decir que cuando desconfiamos estamos anticipando que la persona que amamos va a actuar de manera que no nos guste, que va a traicionarnos o a hacernos daño. Ya no creemos que vaya a hacernos felices por que no va a actuar como esperamos.
La desconfianza es algo difícil de restaurar por que no se ha establecido de la noche a la mañana. Existen varias causas que explican su aparición, algunas de ellas es que el miembro de la pareja que desconfía tenga una baja autoestima o un pobre concepto de sí mismo.
Por ese motivo no cree que sus características o dotes vayan a ser suficientes para que la otra persona permanezca a su lado, su inseguridad le genera desconfianza. En este caso, lo mejor es que esa persona sea honesta consigo misma, necesita averiguar cómo querese e inicie un proceso de autoconocimiento a través de artículos de divulgación y libros de autoayuda fortalezca su autoestima, aunque sin una guía este proceso puede ser más largo y complejo, (a veces no sabemos por qué nos pasa lo que nos pasa y cómo solucionarlo).
Tambien puede empezar con un profesional que le enseñe a quererse y a valorarse. Este proceso será más rápido y efectivo. A fin de cuentas si no nos queremos bien a nosotros mismos, ¿cómo vamos a querer a nadie más?
Otra posible causa de la desconfianza es que el miembro que inspira desconfianza tenga dudas sobre la relaciónde pareja y aunque no las comparta con su compañero/a, éste las note, las perciba.
Eso puede llevar a que actúe de manera que le esté comunicando al otro miembro de una forma indirecta que ya no es una de sus prioridades y que ya no tiene fe en la relación. Algunos comportamientos que pueden estar indicando esto son...
¿Cómo saber si mi pareja tiene dudas sobre la relación?
- Van desapareciendo los planes de futuro, donde antes había seguridad ahora hay incertidumbre.
- Tu pareja no te escucha, (o no escuchas): Efectivamente tu pareja parece que está sorda cuando le hablas, no le interesa lo que dices ni cómo te sientes.
- Sus actividades giran en torno a sus amigos, su trabajo, su familia pero no de ti.
- Infidelidad. Obviamente una señal clara de que algo no va bien.
- En definitiva, ya no eres su persona principal.
En este caso lo mejor es tener una conversación sincera y atrevernos a preguntar a nuestra pareja qué está pasando, si han cambiado sus sentimientos hacia ti y si cree que hay alguna posible solución o reencuentro.
Existen muchas fórmulas para reconectar con tu pareja, las relaciones no son linales y no siempre los miembros de la pareja se atraen por igual, de la misma manera y con la misma intensidad siempre. Podemos pasar épocas de crisis en las que perdamos algo de interés en nuestra pareja, y no pasa nada, no tiene por qué ser definitivo ni la crónica de una muerte anunciada.
Se puede recuperar la chispa de muchas formas que comentaremos más adelante en este artículo, lo importante es saber identificar qué ésto está sucediendo para poner en marcha todo lo necesario.
3. Rutina en la convivencia. Desgaste de la pareja
El deseo humano es muy caprichoso. Nos gusta mucho el misterio y el deseo y todo aquello que nos resulta difícil de dilucidar o de conseguir. Esto es innegable e incluso muchas veces es la base para unarelación tóxica, lo inalcanzable, lo complicado atrae.
¿Por qué?, pues por que valoramos más aquello que nos es difícil de conseguir, eso a su vez hace que nos valoremos más a nosotros mismos presuponiéndonos mejores, más cualificados o dotados para obtener aquello que muchos no pueden. Dicho esto y asumiendo que es cierto, ¿qué sucede cuando nuestra pareja está siempre disponible, la vemos a diario, y anticipamos todos sus movimientos, conductas y acciones? Simple y llanamente aburrimiento.
Nuestra mente se aburre y perdemos el interés por que ya no tenemos nada que conquistar, caemos en el error de pensar que “ya no es nuestra” y podemos empezar a fijar nuestra atención en aquellas personas que aún no hemos conquistado.
Esto es totalmente normal, no somos monógamos por naturaleza lo somos por imposición y cultura social, la cuestión es que debido a este hecho, podemos llegar a poder poner en peligro por un encuentro fugaz o una aventura superficial una relación consolidada y que funciona.
Para recuperar el interés en nuestra pareja habrá que revisar algunas cosas:
Es probable que en este momento necesitéis volver a centraros más en vosotros mismos y vuestros proyectos, un poco de espacio, (no de tiempo, no se trata de romper la relación ni de reflexionar acerca de la continuidad de la misma),os vendrá bien notar un poquito la ausencia para volver a valorar a la persona que está a tu lado y también recuperar algo de la individualidad que perdemos al pasar a tener un proyecto en común, al enamorarnos.
4. Mala comunicación en la pareja
Es posible que el miedo o simplemente el no saber comunicarse bien en pareja esté haciendo que la pareja no funcione. Por ejemplo:
Julia quiere quedar con sus amigas este fin de semana pero su novio Carlos, le ha propuesto irse de fin de semana. Julia le dice que sí a Carlos y deshace el plan que tenía con sus amigas por que piensa que si le dice que no, Carlos se decepcionaría mucho y dejaría de quererla, que pensaría que es una egoísta, a fin de cuentas hace mucho que no hacen una escapada juntos.
Julia quiere quedar con sus amigas este fin de semana pero su novio Carlos, le ha propuesto irse de fin de semana. Julia le dice que sí a Carlos y deshace el plan que tenía con sus amigas por que piensa que si le dice que no, Carlos se decepcionaría mucho y dejaría de quererla, que pensaría que es una egoísta, a fin de cuentas hace mucho que no hacen una escapada juntos.
Julia cede pero durante el fin de semana se enfada con Carlos por tonterías y le hace múltiples reproches que no vienen a cuento de nada.
Se puede aprender a generar un equilibrio entre tus deseos y los de nuestra pareja. No hay nada que no tenga solución salvo que ya no nos queramos o hayamos cruzado líneas de maltrato y/o abuso.
Todo lo demás es algo que muchas veces necesitamos aprender por que nadie nos enseña cómo gestionar una relación de pareja para que llegue a buen puerto. En este sentido, los profesionales pueden ser tus mejores profesores de pareja.
Dinámicas y soluciones a los problemas de pareja concretos.
Si tu problema es el número 1, las discusiones de pareja, te recomendamos que aprendas habilidades comunicativas que te enseñen a discutir bien. Como hemos comentado anteriormente, discutir no es malo, sólo debemos saber como hacer que una discusión sea productiva, genere puentes entre los dos y haga que de ella salga algo bueno.
Recuerda que no se trata de ganar, ganamos si ganamos los dos. En el artículo sobre aprender a discutir podéis encontrar algunas claves que os mostrarán cómo hacerlo.
Si hay muchas heridas, es probable que necesitéis iniciar una terapia, pero sino quizá simplemente aprendiendo algunas pautas os sea suficiente.
Si te has sentido identificado/a con el número 2, la desconfianza, lo primero que debes tener es paciencia contigo. La confianza es algo que tarda en recuperarse pero puedes ir haciendo algunas cosas. Lo primero identificar qué te está haciendo desconfiar, si es algo que esté en ti mismo, como decíamos deberías iniciar un proceso de autoconocimiento para poder setirte mejor contigo, y por ende, con tu pareja.
Si crees que el problema viene de fuera, por que notas que tu pareja tiene dudas, entonces para recuperar la chispa lo mejor es:
- Hacer algún plan juntos que os motive, y a poder ser que sea nuevo, nuevas experiencias.
- Mantener contacto físico diario. No hablamos de sexo, simplemente con recuperar algunos gestos de cariño, miradas, volvemos a conectar con nuestra pareja.
- Recuerda que nadie está obligando a tu pareja a estar contigo, cada día, desde su libertad, te elige.
- Tu pareja no es perfecta, te va a decepcionar, te puede poner en riesgo alguna vez, puede tener dudas, puede cambiar... Lo importante es que cuando hagas balance, te haga más feliz que infeliz. Pero no esperes de él/ella que todo lo haga bien y según tus expectativas.
Nadie está ahí fuera para hacernos felices, de nuestra felicidad nos hacemos cargo nosotros y los demás son contribuyentes, no existen por y para satisfacer todos nuestros deseos.
Si la rutina se ha instalado en vuestras vidas y tu problema es el número 3, salid de vuestra zona de confort. Es muy interesante poneros en nuevas situaciones, si confíais plenamente el uno en el otro, no hay por qué tener miedo. ¿Por qué no hacer algo que nunca hayáis hecho?, ¿algo atrevido? Divertíos.
Y si te ves reflejado/a en la mala comunicación, el número 4, insistimos en que se puede aprender a comunicarnos de forma auténtica. No tengas miedo a decir lo que piensas, siempre será mejor que tu pareja sepa quién eres, qué quieres y viceversa, ¿no crees?, sino, ¿con quién está saliendo?
Desde Ypsihablamos.com esperamos que nuestro artículo os haya servido. Prácticamente todo tiene solución, no te rindas.
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